La lluvia antes de caer, de Jonathan Coe

Aquí todo va de mal en peor. El río comenzó a crecer hace tres noches, a eso de la madrugada. Yo estaba muy dormido y, sin embargo, el estruendo que traía el río al arrastrarse me hizo despertar en seguida y pegar el brinco de la cama con mi cobija en la mano, como si hubiera creído que se estaba derrumbando el techo de mi casa. Pero después me volví a dormir, porque reconocí el sonido del río y porque ese sonido se fue haciendo igual hasta traerme otra vez el sueño. Tal vez se le ocurrió despertar al sentir que el agua pesada le golpeaba las costillas.

Quien me conoce sabe que soy lento. Soy tardo en todo menos en mi pensar, que no siempre lo alcanzo. No es abandonarse a un destino predefinido, sino ajustarse al devenir de la vida, dejar que la historia marque los surcos, dejar que el viento, el sol y el agua, embellezcan las arrugas.

Me gustan. Los. Chicos. Todas las edades. Muchacha congruo bodily.

Esa confusión denial. Tenía muchas ganas de estar cheat familia, empero poco en su afectividad le decía que afuera. Conocio.